Eso que ves sobre estas líneas es la primera fotografía de un agujero negro. O, mejor dicho, la primera fotografía de su horizonte de sucesos, de su sombra. Tras años de trabajo y un nivel de coordinación de precisión atómica, el Telescopio del Horizonte de Sucesos (EHT) acaba de hacer pública la imagen más esperada del universo.
Durante décadas, los científicos nos han dicho que en el centro de nuestra galaxia hay un enorme agujero negro. Uno cuatro millones de veces más grande que el Sol y con una fuerza gravitacional tan enorme que hace danzar a más de 200.000 millones de estrellas a su alrededor. Miles de artículos, ecuaciones y pruebas indirectas después, hoy podemos decir que una imagen vale más que mil palabras.
¿Qué se ve en la imagen? La fotografía explicada en dos párrafos
Escriben en Xataka que en el centro de cada agujero negro hay una concentración tal de materia que ejerce una atracción gravitacional tan fuerte que ni siquiera la luz, el fenómeno más rápido de la naturaleza, puede escapar. Esa es la razón del nombre: aunque suene de perogrullo, el centro del agujero es "negro" porque no se puede ver.
En la imagen que presenta hoy el EHT se ve, fundamentalmente, la radiación de la materia que gira en torno al horizonte de sucesos del agujero negro, lo que se conoce como discos de acrecimiento. Es decir, se ve el lugar donde todo el gas y el polvo que rodean a esas enormes bestias se precipita en su interior.
Como se puede ver, es un disco; la radiación deformada por la curvatura del espacio-tiempo alrededor del agujero. Hay, como se ve claramente, una zona más brillante (la materia que se está moviendo hacia nosotros mientras cae) y otra menos brillante (la que se aleja de nosotros). Son las primeras instantáneas del descomunal M87, que deforma el espacio tiempo a unos 55 millones de años luz de nosotros.
¿Cómo se fotografía un agujero negro?
Creando un telescopio del tamaño de la Tierra. O lo más parecido a eso que tenemos capacidad técnica para crear. El Event Horizon Telescope es una enorme red de radiotelescopios sincronizados con precisión atómica que permiten reunir toda la información que necesitamos para conseguir captar toda la radiación que emite la materia que rodea al agujero negro. En el caso del Sgr A*, hablamos de una radicación cientos de veces más tenue que la del Sol a una distancia de 26.000 años luz de la Tierra.
Pero aún así, esa era solo una parte del trabajo. Los invesigadores del EHT no solo tenían que conseguir procesar una cantidad inmensa de datos (250PB a la semana, según Enrique F. Borja) en la composición de un puzle que, por definción, es casi irresoluble. Solo desarrollar el código necesario para componer la imagen más probable de entre todas las posibles se puede considerar, por sí mismo, un éxito sin precedentes.
¿Por qué es importante?
Los agujeros negros han sido uno de los grandes misterios astrofísicos de la física contemporánea. Aunque algunos científicos ya habían teorizado su existencia, fue el 22 de diciembre de 1915, mientras servía durante la Primera Guerra Mundial en el frente ruso, cuando Karl Schwarzschild envió una carta a Albert Einstein demostrando la existencia de estos cuerpos invisibles a la luz de la Teoría de la Relatividad.
Y por eso, precisamente, esta foto es tan importante. Conociendo cómo es el horizonte de sucesos, estamos poniendo a prueba una de las teorías científicas más poderosas del último siglo: la Relatividad General. Hasta hoy, nunca habíamos sido capaces de estudiar qué ocurre en condiciones de gravedad tan extremas: esta foto es el próximo gran examen que tendrá que superar el viejo Albert Einstein.
http://bit.ly/2ZbtTkC
April 15, 2019 at 07:55AM
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