Dos científicos de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) son protagonistas de una historia que roza la ficción. Uno de ellos “envejeció” más rápido luego de orbitar durante casi un año.
La explicación surge de la revista Science, donde fue publicado un documento pionero llamado “Twins Study”, que analiza los efectos sobre la salud de los vuelos espaciales prolongados. Scott Kelly, astronauta de la NASA que estuvo a bordo de la Estación Espacial Internacional, y su hermano Mark, quien se quedó en la Tierra, fueron los sujetos a comparar.
Si bien al principio se creía que Scott habría vuelto más joven (a lo Benjamin Button), el resultado fue exactamente el opuesto. Susan Bailey, profesora de la Universidad Estatal de Colorado, dijo que, desde su perspectiva, "el hallazgo más sorprendente" es la modificación de los telómeros de Scott en sus glóbulos blancos durante su estadía en el espacio. En el espacio se alargaron -lo que podría significar que había "rejuvenecido"-, pero al regresar a la Tierra, eso se revirtió. Ahora tiene más telómeros cortos que antes de la misión de 340 días.
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Según Bailey, esto supone “un riesgo de envejecimiento acelerado”, al tiempo que “incrementa el riesgo de sufrir enfermedades de la edad, como problemas cardiovasculares y algunos tipos de cáncer”. Ahora, los investigadores tratan de determinar la causa específica del vuelo espacial que provoca estos cambios.
“Todos nos preocupamos por envejecer y queremos evitar las enfermedades que conlleva. Si sabemos qué cambia los telómeros, quizás podamos ralentizarlo”, explicó la investigadora, según lo publicado por el portal español ABC.
“En los últimos seis meses de la misión, hubo seis veces más cambios en la expresión genética que en la primera mitad”, añadió Christopher Mason, profesor de fisiología y biofísica en Weill Cornell Medicine. Si bien muchos de ellos se revirtieron después de que Scott regresara a la Tierra, el 7 % persistieron después de seis meses en la Tierra, incluidos déficits cognitivos, daños en el ADN y algunos cambios en la activación de las células T.
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Otro punto que dejó el estudio es el cambio en la proporción de dos categorías principales de bacterias, ya que el vuelo afectó al microbioma de Scott, esa compleja comunidad de microorganismos incluidos virus, hongos y bacterias que vive en el tracto digestivo. Además, las alteraciones en el microbioma también fueron relacionadas recientemente con afecciones en los huesos, los músculos y el cerebro. Incluso hay estudios que lo relacionan con el alzhéimer, el parkinson, el autismo y la esquizofrenia.
La agudeza visual de Scott también fue alcanzada. La forma del globo ocular cambió a lo largo del vuelo, incluido un nervio retiniano más grueso y pliegues en la capa coroidea que rodea el ojo. Los científicos también observaron reducciones en las capacidades cognitivas y mayores niveles de estrés en el astronauta durante el vuelo.
Scott volvió a la Tierra en 2016 tras orbitar 340 días. | AP
El proyecto de Bailey fue una de las 10 investigaciones apoyadas por 84 investigadores en 12 universidades, todas coordinadas por el Programa de Investigación Humana de la NASA. Los resultados del estudio tienen implicaciones para los astronautas y las personas que desean explorar el espacio en los años venideros, a través de empresas privadas a medida que la humanidad se aventura más y más en el espacio.
http://bit.ly/2uY6jKo
April 12, 2019 at 07:56PM
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